Pese a que el Gobierno cuenta con sus votos en los cálculos para su aprobación, parlamentarios del centro político condicionan sus acciones al aumento del autopréstamo y a mayores certezas en el destino del 6% y la división de la industria.
Tras más de un año de tramitación, la reforma de pensiones entra en su fase clave. La próxima semana será votada en la Sala de la Cámara de Diputados y, pese a que el Gobierno apuesta por su aprobación con apoyo de los parlamentarios “no alineados”, en el centro político aún persisten diferencias.
Como forma de viabilizar el trámite legislativo en la Corporación, el Ejecutivo acogió esta semana la fórmula impulsada por la Democracia Cristiana para destinar un 3% a capitalización individual y un 3% a solidaridad intergeneracional. Estos porcentajes -a juicio del oficialismo- concitarían respaldo de los diputados fuera de pactos para no recurrir a votos de la derecha.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el diputado del Partido de la Gente (PDG), Rubén Oyarzo, afirmó que su voto depende de si el Gobierno acogue la propuesta para incrementar la cifra del autopréstamo. “Nosotros estamos a la espera de que se aumente este monto, si bien quizás nuestra propuesta -que es llegar a $5 millones- no sea factible, la idea es que no sea un millón cien mil tampoco”, sostuvo.
“Creemos que la familia chilena necesita esta ayuda de parte del Gobierno y que son de los propios fondos sin intereses, y con un plazo para entregar con una sobre cotización. Entonces, cuando tuvimos la reunión con el ministro Marcel y la ministra Jara dijeron que lo iban a evaluar, pero a la fecha no hay ningún indicio de que aumente este monto“, cuestionó.
En esa línea, el diputado Oyarzo sostuvo que “si es que el Gobierno se abre a dialogar estos temas que estamos conversando con el centro político, que ya lo hizo con el 3 – 3, ahora nosotros estamos pidiendo aumento del autopréstamo. Yo creo que tiene los votos”.
El Gobierno se reunió esta semana también con Demócratas para impulsar la fórmula 3 – 3, sin embargo, dicho destino para el 6% de cotización adicional, aún no convence.
De hecho, el diputado Miguel Ángel Calisto señaló que “nosotros queremos que se destrabe la reforma y hasta el minuto nuestra única determinación, para ser muy franco y así lo anunciamos en La Moneda en la reunión que tuvimos con la ministra Jara, es que vamos a poner nuestra disposición para llegar a acuerdos”.
“Vamos a aprobar la idea de legislar solo para que este debate continúe, pero si el proyecto no garantiza la propuesta que nosotros estamos haciendo de 4,2 para capitalización individual y 1.8 para seguro de longevidad, evidentemente a nosotros no nos convence, menos que el Estado meta la mano en la nueva cotización”, afirmó.
Por esa razón, desde Demócratas apuestan por dar una señal de apertura, no obstante, sus votos se encuentran aún condicionados. El diputado Calisto aseguró que “hasta el minuto estamos rechazando prácticamente la totalidad del articulado de esta reforma de pensiones“.
Para Calisto, un nuevo fracaso en la reforma de pensiones dejaría de ser responsabilidad del Congreso, sino que en esta oportunidad recaería directamente sobre la actual administración. “Si yo como Gobierno llego con una propuesta a un Congreso donde no tengo votos, no puedo pretender aprobar la totalidad de mi idea sin ningún tipo de modificación, eso es iluso”.
Una tercera diputada que se encuentra evaluando su voto es la parlamentaria del movimiento Avancemos Chile, cercana a Demócratas, Yovana Ahumada. La diputada por la Región de Antofagasta dijo mantener muchas aprensiones con la división de la industria: “Todo el cambio del sistema me genera muchas dudas“.
Para la parlamentaria, es importante asegurar la libre competencia en el sistema, sumando a otros actores, pero dando garantías de que el fondo no sufrirá pérdidas y se mantendrá la libertad de elegir.
Consultada si, entonces, votará a favor de la idea de legislar, Ahumada respondió “no lo sé todavía, tengo el temor de que al abrir esta discusión se impongan, nadie me da certeza de que realmente vayamos a ser escuchados con otras opciones. Simplemente se ha tomado la decisión de eliminar las AFP y armar un modelo que divide la administración con la inversión y no hay más, a mí me parece riesgoso”.
Ahumada apuntó que el Gobierno “malentendió” el visto bueno a la fórmula del 3 – 3. “Una cosa era acoger una propuesta, pero la otra es entender que efectivamente no había más. Yo creo que acá hay mucho que discutir“, dijo.
Desde el centro político ven compleja la meta que se autoimpuso el Gobierno para despachar la reforma de pensiones de la Sala este enero. “Si pretendren apurar las cosas, no va a resultar como ellos quieren”, dicen.
Crédito: Bárbara Paillal – Diario UChile