La opción ganadora y la participación del 4S son cuestiones indeterminadas dada la sobre-declaración de la intención de voto en las encuestas. En tanto, la continuidad del proceso constituyente es un asunto asentado en la recta final del referéndum.
Siete días restan para definir el futuro de la ruta constituyente que se abrió el año 2019. En la recta final del proceso, rondan la incertidumbre respecto a cuál será la opción que se impondrá este 4 de septiembre, así también, hay dudas respecto a la participación efectiva que tendrá este referéndum, habiéndose establecido la obligatoriedad del voto y se desconoce cuál de las dos alternativas ha capitalizado mejor el carácter de esta elección.
En el campo de las convicciones, el plebiscito ha devenido en una elección de entrada en lugar de salida, en cuanto se ha asentado la necesidad de continuar con el proceso constituyente independientemente de la opción ganadora. Asimismo, se comienza a transversalizar la necesidad de arribar a un acuerdo político que pueda morigerar la animadversión de la clase política y que ello ayude a subsanar la polarización de la sociedad civil que ha devenido de este proceso.
Al respecto, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el cientista político y académico del Centro de Análisis Político de la Universidad de Talca, Mario Herrera, afirmó que existe una polarización natural en las elecciones que plantean dos opciones. No obstante reconoció diferencias de este proceso eleccionario con otros.
“Lo que se ve en las elecciones convencionales cuando hay por ejemplo una segunda vuelta presidencial, o una elección de estas características es que en las élites existe cierto nivel de polarización precisamente por tratar de encontrar un elemento diferenciador entre ellas, mientras que en las bases, este tipo de cuestiones no necesariamente se traspasa y más bien lo que tratan de hacer es de ir a buscar al votante moderado, este votante mediano que existe mucho en Chile, que es mayoritario”, indicó.
Por el contrario, Herrera señaló “lo que estamos viendo acá es el caso contrario, es cuando las bases de apoyo tanto del Apruebo como del Rechazo se movilizan de una forma distinta a como se han movilizado en el pasado, a través de hechos de violencia, hechos polarizantes, hechos que muestran más las divisiones y las diferencias entre las opciones que esta idea de unión tratando de buscar el centro“
En ese sentido, afirmó que un acuerdo que vaya en pos de subsanar la polarización no sólo es positivo para la democracia sino que es algo deseado por la sociedad. “Cuando uno mira datos lo que la gente más valora en los políticos es precisamente la capacidad de llegar a acuerdos y precisamente una de las razones por las que están desprestigiados y existe alta desconfianza en ellos, es porque los ven como agentes de conflicto, no como agentes de orden“.
Abundando en las certezas sobre el plebiscito de salida, Herrera dio por sentado la continuación del proceso constituyente, no obstante reparó en las dificultades que ello radica para cada sector. “En el caso que gane el Apruebo, la dificultad va estar en que tienen que llevar a cabo la modificaciones que ya comprometió la coalición, pero la coalición tiene 67 votos y necesita 88 para poder impulsar estos cambios, por tanto va a tener que entrar en un esquema de negociación con Giorgio Jackson, que fruto de la campaña ha salido debilitado, entonces es importante si hay una señal política de cambio de Gabinete”, indicó.
En caso que se imponga el Rechazo al texto elaborado por la Convención, Herrera vaticinó una discusión sobre si es necesario realizar nuevamente un plebiscito de entrada y sobre las reglas electorales para redactar una nueva Convención. Ello para establecer “las reglas electorales por las cuales se pueden elegir a los futuros convencionales, si es que van a volver las listas de independientes y si es que van a volver los escaños reservados; si el nuevo proceso será abreviado será un proceso extenso como el que tuvimos”, indicó.
Despejando las dudas respecto a la participación del plebiscito, el académico señaló que aún cuando se retornó al voto obligatorio, ello se hizo “con un sistema de inscripción automática. Por lo tanto no sabemos si realmente el voto va a equivaler cerca del 100 por ciento del padrón como ocurría en Chile antes del 2009, antes de la implementación del voto voluntario”, afirmó.
“Lo que sí sabemos es que cuando pasamos de un régimen a otro las encuestas se vuelven imprecisas. Eso fue lo que ocurrió el año 2012 cuando se implementó el voto voluntario cuando existía mucha sobre-declaración de las encuestas de intención de voto, entonces mientras las personas de las encuestas decían que van a votar en un 55 por ciento, terminaron votando al menos 10 puntos menos de lo que se señalaba en las encuestas y ese efecto de sobre-declaración es algo que nosotros podemos prever también que vaya a pasar con este nuevo cambio. Ahí va a ser muy importante la percepción que exista sobre las sanciones, que vayan a ser realmente efectivas o no”, sostuvo.
Con todo, indicó “con muchas precauciones” que la proyección de participación “debería situarnos en torno al 70, 60 por ciento que sería inédito para la historia de Chile, pero se explica también por un cambio institucional“.
Respecto a la opción se vería favorecida con la obligatoriedad del voto, aún cuando reparó que hay evidencia contrapuesta, Herrera señaló que “la mayoría de las encuestas indican que entre más alta la participación, mayores oportunidades hay de que gane el Rechazo“. Sin embargo, advirtió que “eso depende de cuánto esta elección se vaya a parecer a la segunda vuelta presidencial”.
“Si es que se vuelcan los sectores populares, los sectores de la Región Metropolitana sobre todo hacia el sur y hacia el oriente a votar por el Apruebo, lo que uno esperaría es que la diferencia se vaya estrechando. Si en cambio la participación es particularmente alta en la zona sur del país y en el norte, que es una incógnita para todos en este momento, si en el norte logra obtener un buen resultado el Rechazo, lo que esperaríamos es que esa diferencia vaya aumentando”, afirmó.
En términos del “voto joven” y a cuál alternativa favorecería este segmento, afirmó que el Apruebo es el que se vería beneficiado en el caso que la población joven vote de manera masiva. Ello “en la línea de lo que dicen las encuestas y en línea de lo que fue el plebiscito de entrada”, añadió, que es cuando la juventud se manifestó con fuerza.