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ELENA BURKE
  Elena Burke  
     

Nació en la capital cubana allá por 1928, justo para ser una atrevida jovencita de voz insospechable, cuando el movimiento feeling de la cancionística cubana empezó a dar crecientes señales de vida, desde los inicios de la década del cuarenta. Ella, como muchas otras figuras de la música popular cubana, debutó en la radio y de allí muy pronto pasó al cabaret.

Antes de ser solista, sus dotes innatas de cante se alimentaron con la participación en varios de los más importantes cuartetos vocales de los años cuarenta. En ellos fermentaba el repertorio del feeling y su particular manera de decir la canción: Cuarteto de Facundo Rivera, Cuarteto de Orlando de La Rosa y las D'Aida.

En 1957, Álvarez Guedes le produjo a Elena Burke su primer disco de larga duración para su sello Gema. El puso condiciones espléndidas desde el punto de vista orquestal, para que ella enseñara sus poderosas cartas credenciales como una de las más importantes voces del cancionero en lengua hispana durante el siglo XX.

Lo demás fue madurar y darse a conocer cada vez más. Es decir, vivir intensamente cada día que se ha topado por delante. En ese tráfago vital, Elena ha logrado convertirse en vehículo muy especial de los sentimientos de la immensa mayoría de la gente. Ella es de alto aprecio entre los más humildes moradores de la mayor de las Antillas, como entre los individuos de más soberbio elitismo. Esta mujer que ha logrado, con su voz de inacabables recursos, dar siempre la impresión de que te está cantando a ti y muy cerca del oído, aunque tú seas uno de los miles de espectadores que ha colmado un coliseo para ir a disfrutarle, se ha convertido en un modo de ser de la espiritualidad cubana.
  Elena  
     


Son razones suficientes para advertir la angustia en las calles, en los hogares, en cualquier sitio de la Isla, cuando hace más o menos tres años se supo que estaba gravemente enferma en Ciudad México. Y también en esos mismos medios que se palpó como un respirar más descansado, al conocer que enferma y todo había llegado a La Habana. Ya estaba en casa y podía potenciarse la esperanza que no se nos muriera cuando más falta nos hacía.
Todos sus paisanos, pero sobretodo el habanero, se mantuvo en vilo mientras su convalecencia era estacionaria y mucha gente lloró cuando algún malvado desató el rumor de su muerte... Por eso, en el momento en que la radio y la televisión dieron la noticia de que ella volvería a la Sala Avellaneda a cantar, Cuba, como un solo corazón, se paralizó.

Su periplo artístico hizo escala importante cuando conoció a la pianista y directora de orquesta Aída Diestro, quien trabajaba en la CMQ Radio y a la cual animó para formar parte de una agrupación vocal que había planeado junto con Moraima Secada, Omara y Haydeé Portuondo. En agosto de 1952 debutaron en el Carrousell de la Alegría, espacio televisivo presentado por Germán Pinelli. Recién acababan de montar dos números: Mamey colorado y Cosas del alma. De ahí pasaron al Show de mediodía y eso les hizo pensar en extender su repertorio, entonces armaron: Que jelengue, Profecía, Ya no me quieras y Las mulatas del cha cha cha. Todo prometía; sin embargo, la irregularidad en los contratos fracturó el proyecto y provocó la separación.
Elena

"Yo lo pensé mucho -comentaba Elena-, como quiera que sea habíamos logrado algo importante en nuestras vidas. Teníamos un estilo muy singular que gustaba a propios y extraños y eso le daba perspectivas a nuestro trabajo. Realizamos algunas giras por el extranjero, grabamos un disco acompañando a Nat King Cole y otro a dúo con Lucho Gatica, pero creo que se dio el momento en que cada una de nosotras necesitaba consolidarse por separado y, bueno, nos despedimos, sin pena y sin llanto."

Documental Homenaje a Elena Burke
  Elena  
     


El don de la expresión
Separada de sus amigas, Elena fue en pos de un algo que le definiera. Un estilo que, amén del don de la expresión, le proporcionara libertad para interpretar cualquier tema. Y ese "algo" lo encontró de manera expedita en su persona, ya que en ella estaba el don de la expresión como una de sus más altas cualidades.

Entonces La Burke se convirtió en la intérprete ideal de todo compositor, pues si bien se aprendía la canción interiorizando las motivaciones del autor, hacía visibles las palabras, la metáfora más sutil con una gestualidad característica y, al mismo tiempo, con una fuerza expresiva de arrebato.

Enriqueta Almanza, una de sus más asiduas acompañantes al piano decía que no era fácil acompañar a Elena: "Ella no permite caer en rutinas. Aunque se trate de canciones repetidas, siempre hace de una versión variantes insólitas. En un escenario uno tiene que andar cazándola, pues nunca proyecta un número igual ni dos veces. Y no hablo de lo musical solamente, sino de la emoción".
Por su parte Frank Domínguez, él compositor de Tú me acostumbraste, de la que Elena fue su primera intérprete, comentaba al respecto del estilo de Elena y de su capacidad musical subrayando la importancia del "oído armónico". "No lee música, pero sabe exigir el acorde perfecto. Y si cambia la melodía, en definitiva, la realza con su sentimiento.

USTED: Letra: Moris Zorrilla Musica de Gabriel Ruiz Malena y Elena Burke- Usted

Ella ha sido de las pocas, por no decir la única, que logró combinar con sabiduría y buen gusto estilos tan variados como los de Ernesto Lecuona, Silvio Rodríguez, Ignacio Piñeiro, Sindo Garay, Mirta Silva o Pablo Milanés. Y eso no es una identificación, sino la prueba más rotunda de su condición de gran estilista, que le permitió en vida abarcar cuanto registro y cuanto acorde existe sobre el pentagrama; porque ella descubrió con su voz la maravilla de lo nuevo.
Elena se ha ido pero aquí, de pie, como decía en su canción, se ha quedado la Señora sentimiento, cuyo legado es la vigencia de su voz retratada en más de 20 LP y un enorme mapa sentimental por el que se guían las buenas razon. Elena Burke falleció el 9 de Diciembre de 1999.

Elena
Pido permiso
 
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