En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, Greenpeace Chile graficó la situación en nuestro país con la desaparición de la Laguna de Aculeo, ubicada en la comuna de Paine de la Región Metropolitana.
En el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, Greenpeace Chile graficó la situación en nuestro país con la desaparición de la Laguna de Aculeo, ubicada en la comuna de Paine de la Región Metropolitana.
Con fotografías del antes y después, la organización ecologista denunció que desde mediados de los años 2010, la laguna perdió rápidamente superficie, al punto que en 2019 prácticamente ya no existía.
La razón, además de los varios años de sequía consecutivos que había sufrido la zona, fue el consumo excesivo por parte de la población humana, favorecido por concesiones de agua cada vez mayores y controles muy débiles.
En 2020, debido a las lluvias acaecidas en la última semana del mes de junio, su nivel comenzó lentamente a aflorar. No obstante, en 2022, la laguna había desaparecido por completo, y ni siquiera algunas lluvias fuertes alcanzaron a hacer surgir un espejo de agua.
En tanto, el panorama nacional muestra que en Chile vivimos una megasequía histórica. Los últimos tres años (2020, 2021 y 2022) la situación empeoró al punto que el promedio de lluvias no ha superado los 390 mm, una cifra mucho menor que los 585 mm de 1998 y 872 mm de 1997.
Esta drástica caída ha generado una notoria escasez hídrica. Actualmente son 128 comunas (37%) del país las que se encuentran bajo decreto de escasez hídrica.
Y una vez más, el futuro no es auspicioso. Los especialistas alertan que este problema solo se irá acrecentando con el tiempo, porque las condiciones están siendo cada vez más secas y calurosas especialmente en el centro-sur de Chile.
Situación en el mundo
En el mundo, el panorama general muestra que desde 2000 a esta parte, el número y la duración de las sequías aumentó 29%. Al día de hoy, hay más de 2.300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua, según datos de la Organización de la Naciones Unidas.
Es decir, que buena parte de la población mundial sabe muy bien cómo se vive una sequía. Y, en el contexto de cambio climático, las proyecciones no son mejores. Se estima que para 2050, las sequías afectarán a más de las tres cuartas partes de la población mundial.
Este proceso se da en áreas secas -muy vulnerables de por sí- que, al utilizarlas para diferentes actividades o verse expuestas a fuertes variaciones climáticas, sufren una inevitable degradación de la tierra que termina en la desertificación.
Esas zonas secas son ecosistemas áridos, semiáridos y subhúmedos que ocupan un tercio de la superficie del planeta. Sin embargo, su fragilidad no impide que sean sobreexplotados o que se haga un uso inadecuado de ellos.
Los factores que llevan a esta desprotección van desde la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo a las malas prácticas de riego, todo lo que afecta negativamente a la productividad del suelo.
Si bien no hay un grupo social que se “salve” de las dificultades de una situación semejante, sí está comprobado que cuando la tierra se degrada y el agua escasea, son las mujeres quienes suelen estar más afectadas.
Esto se debe a que enfrentan importantes obstáculos a la hora de hacer valer sus derechos sobre la tierra, lo que limita la capacidad para prosperar. Incluso en muchas regiones, siguen sometidas a leyes y prácticas discriminatorias que impiden el derecho a heredar, así como el acceso a servicios y recursos.
Por todo esto es que este año, la ONU eligió como tema del Día Internacional contra la Desertificación: “Mujer. Sus tierras. Sus derechos”. Lo que se busca es fomentar la idea de que invertir en la igualdad en el acceso de las mujeres a la tierra y a los bienes asociados es una inversión directa en su futuro y en el futuro de la humanidad
Desde el ente internacional dejan en claro que “Es hora de que las mujeres y las niñas se sitúen a la vanguardia de los esfuerzos mundiales en la recuperación de la tierra y en la resiliencia a la sequía”.
Crédito: Diario UChile